Quince nuevas señales de radio de origen desconocido

¿Quién no quiere saber qué es esto en realidad? Breakthrough Listen, (Escucha avanzada) la mayor iniciativa científica emprendida hasta ahora para buscar indicios de inteligencias extraterrestres detectó en septiembre quince breves pero intensos pulsos de radio procedentes de una misteriosa y lejana fuente, conocida como FRB 121102.


FRB 121102, que fue descubierta en 2012, es la única fuente conocida en la que las señales se repiten: más de 150 emisiones procedentes de ese único objeto, que parecer ser una galaxia enana a 3.000 millones de años luz de la Tierra.
Las posibles explicaciones para estos repetitivos «fogonazos» de radio van desde estrellas de neutrones en rápida rotación y con campos magnéticos de extrema intensidad (objetos conocidos como magnetares), a ideas mucho más especulativas.
Breakthrough Listen, (Escucha avanzada) la mayor iniciativa científica emprendida hasta ahora para buscar indicios de inteligencias extraterrestres, ha detectado 15 breves pero intensos pulsos de radio procedentes de una misteriosa y lejana fuente, conocida como FRB 121102.
Las Fast Radio Bursts (estallidos rápidos de radio, o FRBs) son breves pulsos de radio procedentes de varias fuentes, todas ellas muy lejanas y cuya naturaleza se ignora por completo. Pero FRB 121102, que fue descubierta en 2012, es la única fuente conocida en la que las señales se repiten. Desde que fue detectada, en efecto, se han registrado ya más de 150 emisiones procedentes de ese único objeto, que los astrónomos lograron el año pasado identificar como una galaxia enana a 3.000 millones de años luz de la Tierra
Las posibles explicaciones para estos repetitivos «fogonazos» de radio van desde estrellas de neutrones en rápida rotación y con campos magnéticos de extrema intensidad (objetos conocidos como magnetares), a ideas mucho más especulativas. Entre ellas, la posibilidad de que se trate de fuentes energía, quizá en forma de potentes rayos láser, utilizadas por una civilización alienígena para impulsar sus naves a través del espacio. Algo similar a lo que los científicos del proyecto Starshot, entre ellos Stephen Hawking, quieren hacer aquí, en la Tierra, para impulsar un enjambre de micro sondas hasta la estrella más cercana a nosotros, Próxima Centauri.
«Nunca habíamos visto estallidos de esta fuente a unas frecuencias tan altas», afirma Andrew Siemion, director del centro de Investigación SETI de Berkeley y del programa Breakthrough Listen.
Astrónomos de todo el mundo llevan años tratando de entender el mecanismo por el que se generan estos rápidos estallidos de radio, y por eso muchos de ellos han orientado alguna vez sus telescopios hacia FRB 121102. Y el pasado 28 de agosto, Siemion y su equipo alertaron a la comunidad astronómica internacional de que la fuente se había puesto de nuevo «en marcha». Lo hicieron a través de un comunicado en Astronomer’s Telegram.
Además de confirmar que la fuente ha entrado en un nuevo periodo de actividad -asegura Vishal Gajjar, el astrónomo de Breakthrough Listen que detectó las nuevas emisiones-, «la alta resolución de los datos obtenidos por nuestros instrumentos permitirá medir las propiedades de estas misteriosas explosiones con una precisión sin precedentes».

La historia de las misteriosas FRBs

Detectadas por primera vez en 2007 por el telescopio Parkes, en Australia, las emisiones FRB han sido captadas ya por varios radiotelescopios en todo el mundo. En concreto, FRB 121102 se descubrió el 2 de Noviembre de 2012 (de ahí su nombre) pero no fue hasta 2015 cuando se comprobó que esa fuente, a diferencia de todas las demás, emitía sus señales repetidamente. Algo que, por lo menos en este caso, descartaba por completo todas las teorías de que los estallidos rápidos de radio proceden de la rápida (y única) destrucción de la estrella progenitora.
Sea cual sea el origen de estas señales, conviene no olvidar que, cuando abandonaron su galaxia y emprendieron su viaje hacia nosotros, nuestro Sistema Solar era 3.000 millones de años más joven de lo que es ahora. Y por aquel entonces, la vida en la Tierra se limitaba a organismos unicelulares, Tendrían que pasar mil millones de años más para que las primeras forma de vida complejas (formadas por más de una célula) emergieran en nuestro planeta...
El programa Breakthrough Listen estudia cientos de miles de estrellas y galaxias en busca de señales de otras civilizaciones inteligentes. Por eso sus investigadores no dudaron en incluir a FRB 121102 entre sus objetivos. Durante la madrugada del sábado, 26 de agosto, Gajjar estaba, precisamente, «peinando» esa región del cielo con sus instrumentos, y fue el primero en darse cuenta de las 15 nuevas señales.

Empujando las fronteras de lo conocido

Durante cinco largas horas de observación, se recogieron 400 terabytes de datos (un terabyte equivale a algo más de un trillón de bytes) en la banda de frecuencias entre los 4 y los 8 GHz. Y todos esos datos fueron después analizados en diferentes frecuencias, en busca de pulsos de radio cortos procedentes de la fuente. Al final, el análisis de Gajjar reveló 15 nuevos pulsos de radio procedentes de FRB 121102, y todos ellos en frecuencias más altas de las que se habían observado en otras ocasiones. La emisión más brillante, en efecto, se produjo en el rango de los 7 GHz.
«Las extraordinarias capacidades de nuestro receptor -explica Gajjar-, que es capaz de grabar varios gigahercios de ancho de banda a la vez, divididos en mil millones de canales individuales, permiten una nueva visión del espectro de frecuencias de la FRB, y arrojarán sin duda más luz sobre los procesos que dan lugar a estas emisiones».
«Sean o no estas ráfagas de radio la firma de una tecnología extraterrestre -asegura por su parte Siemion- los cierto es que Breakthrough Listen está ayudando a empujar las fronteras de una nueva y pujante área de nuestra comprensión del Universo que nos rodea».

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