Prehistoria en Oriente Medio


Usaremos indistintamente las expresiones "Oriente Medio" y "Oriente Próximo" para designar a la región del Oriente más próxima a Europa, es sinónimo de Asia sudoccidental. En cualquier caso, desde el punto de vista histórico y, más concretamente, prehistórico, el Oriente medio es lo que se llama una Zona Nuclear que irradia continuas innovaciones y cambios y que influyen decisivamente en el desarrollo, no sólo de zonas limítrofes, sino de toda Eurasia.


El Paleolítico en Oriente Medio


Las subrazas humanas son:


Paleolítico inferior: el paso del ser humano por la zona se documenta en Dmanisi (Georgia), probablemente una variante de Homo ergaster datada entre 1.850.000 y 1.600.000 años de antigüedad; acompañados de una cultura material muy tosca, anterior al Achelense. Los primeros bifaces aparecen en Ubeidiya (Israel), junto a restos humanos muy antiguos. El Achelense típico de la zona va desde hace algo más de 800.000 años, hasta unos 150.000 años atrás.


Paleolítico medio: Es muy similar al de toda la cuenca mediterránea, ocupada en aquella época por los neandertales con cultura musteriense. Mugharet et-Tabun (Israel), ofrece una secuencia casi completa del Paleolítico Medio: las industrias más antiguas son las el Achelense final seguido de niveles con piezas laminares, auriñacoides. En el techo hay típicas industrias musterienses.




Los fósiles humanos conocidos en la base de la secuencia temporal poseen rasgos casi idénticos a los «Primitivos modernos» que aparecen en en la MSA africana, y con una antigüedad probada entre 100.000 y 90.000 años. En cambio, los «Neandertales clásicos» son, cronológicamente posteriores, datados a partir de 60.000 años. Todo parece indicar que los seres humanos modernos llegaron a Oriente Medio desde África antes de que los neandertales llegasen de Europa, y que se encontraron allí, donde, seguramente, convivieron durante miles de años.


Paleolítico superior: Parece haber dos corrientes culturales paralelas diferenciadas, ambas con microlitos. Por un lado, el Ahmariense (que se caracteriza por una tecnología laminar: piezas de dorso, y los cuchillos, pero el fósil director es la punta de base retocada o punta de El-Wad). Por otro, el Auriñaciense Levantino, procedente de Europa oriental y que se caracteriza por las grandes lascas y gruesas hojas que servirán de soporte para raspadores, buriles y hojas con retoque escamoso; destacan, además, las hojitas de Dufour y la industria ósea.


El Mesolítico en Oriente Próximo


Comenzó al finalizar la última glaciación. Al principio, la caza y la recolección siguieron siendo básicas; de hecho en este periodo se inventan el arco y las flechas. Pero, con el tiempo, el nomadismo se transformó en semisedentarismo, la caza se convirtió en simbiosis y la recolección en forrajeo organizado. Así nació la cultura mesolítica más importante del Mesolítico medio-oriental, el Natufiense: en el que ya hay pequeños poblados, asociados a silos y diversas herramientas para cosechar y elaborar cereales panificables.


El Neolítico en Oriente Próximo


Nace hacia el 8000 a. C. en la región denominada Creciente Fértil, es decir, Mesopotamia (actualmente, Irak) y Canaán (actualmente, Siria, Israel y Palestina). Allí se domesticaron algunas especies de animales (ganadería) y se comenzó el cultivo de plantas (agricultura).
Se inventan nuevas herramientas: hachas pulimentadas, cerámica y tejido.


Se fundan los primeros poblados estables: sedentarización.


Por primera vez se producen alimentos y otros productos en mayor cantidad de la necesaria, los excedentes.


Estos cambios se acompaña de un fuerte aumento demográfico que hace que algunas aldeas se conviertan en auténticas ciudades: como Jericó (Cisjordania).


Aparecen las diferencias sociales (los ricos y los pobres) y las primeras formas de gobierno.
Surgen los primeros ejércitos y sus líderes militares, que al enriquecerse, se convierten en el germen de la nobleza y la monarquía.


En el Próximo Oriente no tiene sentido hablar de la Edad de los Metales como una etapa prehistórica, pues ―si exceptuamos las primeras fases de uso de cobre nativo martilleado (no fundido) y con una incidencia nula en la economía de la época por su escasez―, el gran desarrollo de la metalurgia coincide con la aparición de documentos escritos y el nacimiento de las grandes civilizaciones. Por tanto estamos ya en la Historia estrictamente hablando.

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